Este destino poco explorado por los turistas ofrece una playa virgen pacífica, también actividades como Kayak, paddle y kitesurf para quienes disfrutan de aventuras extremas.
Ciudad de México, 12 de septiembre (SinEmbargo).- El Cuyo es el destino perfecto para despejarse un rato de las pantallas y reconectar con la naturaleza. Esta pequeña villa de pescadores, con calles llenas de arena, casas de colores vibrantes y paisajes pintorescos, invita a pasar un rato tranquilo y agradable, alejado de todo el estrés de la vida moderna.
Este paradisiaco lugar de menos de 2 mil habitantes, se ubica a poco más de tres horas y media de Mérida y la aventura comienza desde la forma para llegar, pues está separada de la tierra firme de Yucatán al cruzar la Ría Lagartos se deberá pasar por el cauce de la laguna roja para estar en el sitio.
Un gran faro de color rojo con blanco que fue construido sobre ruinas mayas recibe a los visitantes. La mayoría de sus calles aún son de arena y las casas de madera, ya que antes era muy conocido por ser un puerto maderero, también es posible observar múltiples murales que adornan las fachadas.
Se trata de un lugar único, pues por un lado se disfruta el mar inmenso color azul celeste y por el otro lado está la laguna roja de la Ría Lagartos (su color se debe a las altas concentraciones de sal que posee); estos dos paisajes envuelven a la ciudad formando una atmósfera llena de serenidad.
Las actividades que se pueden realizar son diversas, van desde tomar una tranquila caminata por toda la playa virgen, en la que habrá un sinfín de conchas y caracoles de mar, hasta actividades más extremas como el practicar el Kayak recorriendo senderos llenos de obstáculos naturales o realizar kitesurf y paddle, ya que existen las condiciones perfectas para este deporte, al tener el agua baja y días con mucho viento.
En los meses de enero a septiembre se puede apreciar los flamencos rosados tan característicos de Yucatán y de junio a agosto se ven Tortugas Marinas.
En El Cuyo, hay deliciosa comida típica que ofrecen los lugareños. Al estar cerca de la laguna los platillos son de pescado fresco, pero también de la comida yucateca como la cochinita pibil y tamales horneados.
Entre los restaurantes típicos de este pueblo costero a visitar está “El Chile Gordo”, donde el chef Oscar Flores ofrece exquisitos platillos tradicionales diseñados para resaltar la diversidad culinaria de México, con sabores únicos y una presentación hermosa; hasta los platos de madera están diseñados de forma única para deleitar los sentidos de los comensales en un ambiente muy acogedor.